Los árbitros y los encargados de la mesa donde se controlan las incidencias del partido están fuera del agua y a los lados de la piscina.
En la piscina se demarcan zonas para una ubicación correcta de los jugadores durante el juego, y para que los árbitros puedan aplicar las reglas de faltas y tiros, fuera de juego, y son que cambian dependiendo de la categoría que juegue el partido.
La FINA marca distintas medidas de piscina para el waterpolo femenino y masculino:
En ambos casos la profundidad debe ser de 1,80 metros en toda la piscina para evitar que se pueda tocar el suelo. Tanto en un caso como en el otro, en los laterales de la piscina deben marcarse claramente la zona central (verde), la línea de 5 metros (amarillo) y la línea de 2 metros (rojo). Esto se hace mediante distintos sistemas aunque principalmente mediante las boyas que delimitan el campo de juego y que se colocan del color correspondiente, mediante conos o pivotes que marcan la línea visual y en los últimos años, en las competiciones internacionales, también se han añadido moquetas para ayudar a los árbitros, especialmente si alguno de los pivotes se desplaza accidentalmente.
Portería
La portería debe tener 3 metros de ancho y 90 centímetros entre la superficie del agua y el travesaño superior. Tiene que ser completamente blanca y estar cubierta por una red trasera. Se mantiene a flote mediante un sistema de sujeciones especial.
Bañadores
Los waterpolistas deben llevar trajes de baño elaborados con un tejido resistente dado que los agarrones y tirones son muy frecuentes y esto evita los continuos desgarros. En waterpolo masculino se utilizan bañadores tipo slip y en waterpolo femenino, bañadores integrales.
Gorros
¿Porqué son así los gorros de waterpolo?
Su principal y más necesaria función es la de proteger. Las orejas quedan situadas en lo que se conocen como “orejeras”, un espacio hueco y con pequeñas rendijas que permite que el agua entre y salga con normalidad, asegurando así que el jugador pueda oír en todo momento, imprescindible para escuchar con precisión el silbato del árbitro, interactuar con los compañeros y poder recibir instrucciones tácticas del cuerpo técnico y sobre todo protegerle de cualquier golpe fortuito como el impacto de un balón o contacto durante los entrenamientos, o bien golpes intencionados a lo largo del partido, quedando con las orejeras aislado el riesgo en una zona tan delicada como el oído.
Como en todos los deportes de equipo, a los jugadores se les hace un seguimiento individual por parte arbitral a través del número que porta, en el caso del waterpolo, este viene en el gorro. El gorro se anuda mediante dos cuerdas aunque es bastante probable que a lo largo del partido, debido al constante contacto y roce con los adversarios, se desate varias veces. Si un jugador pierde el gorro durante el juego, se lo vuelve a poner en la siguiente parada del juego cuando su equipo esté en posesión de la pelota.
Los gorros de ambos equipos son de diferente color, normalmente un equipo blanco y el otro azul, excepto el portero que lleva el gorro rojo y porta el número 1. El portero suplente lleva el gorro con el número 13. El resto de jugadores llevan la numeración del 2 al 13. Ningún jugador puede cambiar su número de gorro durante el partido, excepto con permiso del árbitro y notificándolo a la secretaría. En encuentros internacionales, el gorro puede mostrar en su parte frontal las tres letras del código internacional del país y la bandera nacional.